Primero, el dirigente del partido popular Don Mariano Rajoy solicita al ejecutivo que se someta a una cuestión de confianza. Al parecer el bueno de Rajoy, no sabe, que cuando es el quien insta al gobierno a que abandone el ejercicio de su poder, no es cuestión de confianza, sino moción de censura lo que procede, y no es zapatero, sino él, el que tiene que atreverse presentar dicha moción; porque como resulta obvio, ni Zapatero ha perdido la confianza de España, ni así lo va a hacer creer sometiéndose a una cuestión de confianza infundada; porque oiga, señor Rajoy, su apretada victoria en las europeas no se debe a su fantástico programa político, sino a la lacra de la abstención en los comicios, y a que tristemente, solo los populares tenían una motivación extra para manifestarse en las urnas, reafirmarse en el apoyo al imputado señor Camps.
Por otro lado, y siguiendo con la misma historia, el portavoz de CiU Josep Antoni Duran, anima a Mariano a que presente la moción, asegurándole previamente que se va abstener en la votación. Hablando en cristiano: “presente una moción de censura que yo no le apoyo”. Este absurdo parece significar, que el señor Antoni Duran, muy a nuestro pesar, no cree que Zapatero deba ser presidente, pero tampoco Rajoy. Cosa, esto último, en lo que sinceramente coincido con el portavoz de CiU, porque si algo no necesita ahora mismo España, es un gobierno, que en la situación actual, opte por empeorar la de los trabajadores, recortando las ayudas sociales, abaratando los despidos y concediendo aun mayor discrecionalidad a las empresas. Situación, la que vivimos, provocada por la alegría y el desparrame de los que antes que Zapatero gobernaban; que apostaban fervientemente por la libertad de suelo y dejaban vía libre a los especuladores, para que hinchasen la economía española con valores desproporcionados, provocando una crisis que en 2008 nos ha explotado a todos en el bolsillo.
Dicho todo esto, y para no alargarnos más de la cuenta, vamos a perdonar este par de absurdos, que seguramente no sean más que los últimos y desesperados coletazos de un dirigente un poco pez, que tras dos legislaturas de fracasos se ahoga en un cargo que le viene grande.
Opinión de Daniel Machuca, miembro de Juventudes Socialistas de Benidorm.
¡Viva la valentía de CiU!
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