Agustín Navarro se convirtió durante la mañana del 22 de septiembre en el nuevo alcalde de Benidorm, al prosperar la moción de censura presentada por su grupo y por el concejal y portavoz de Iniciativa Benidorm, José Bañuls, contra el ya ex alcalde Manuel Pérez Fenoll, en un tenso pleno pero que tuvo un desarrollo sin incidentes a destacar.
Una votación que fue nominal y pública, por lo que el secretario fue llamando a cada uno de los 25 concejales que contestaron, alto y claro, el si o el no a la moción según su criterio. El resultado fue el por todos esperado, con 13 votos a favor de la moción, la mayoría absoluta de la Corporación, y 12 en contra, con lo que Agustín Navarro quedaba proclamado alcalde de Benidorm, el sexto de la democracia, tras José Such, Manuel Catalán Chana, Eduardo Zaplana, Vicente Pérez Devesa y Manuel Pérez Fenoll.
Navarro, con voz emocionada y en valenciano, prometió su cargo su cargo, recibiendo el abrazo de sus doce compañeros, aunque sin recibir el saludo de su ya antecesor, Pérez Fenoll, quien, en una clara muestra de poco talante institucional, abandonó el salón de plenos arropado por los concejales populares, sin dar tiempo a que el nuevo alcalde de la ciudad declarara levantada la sesión.
Tras atender a los medios de comunicación, el alcalde Agustín Navarro salía del salón de plenos entre los vítores de cientos de simpatizantes que no se cansaron de aclamarle a los gritos de ¡alcalde!, ¡alcalde!, ¡alcalde!, obligándole a comparecer desde la primera planta del edificio, junto a José Bañuls, prometiendo a los suyos que se dejará la piel por Benidorm y parafraseando a Kennedy al decir que “es el momento de que todos y cada uno de nosotros pensemos qué es lo que podemos hacer por Benidorm, antes de pensar en los que Benidorm puede hacer por todos y cada uno de nosotros”.
PP y PSOE movilizaron sus bases y más de 2.000 personas llenaban el salón de plenos, el de actos, el hall de entrada y los aledaños del Ayuntamiento para no perderse tan histórico momento. Entre ellas, dirigentes políticos y cargos institucionales de ambos partidos que fueron a dar soporte, tanto a quienes accedían al Gobierno local, como a quienes lo abandonaban.
Ya por la tarde, el alcalde, Agustín Navarro, recibía en su despacho oficial de la Alcaldía a los medios de comunicación, iniciando una nueva etapa con el convencimiento, según él mismo dijo, de que “el pueblo de Benidorm nos juzgará en función de nuestro trabajo, y será el pueblo quien decida si hoy hemos actuado correctamente o no”.
Fuente: Prensa y Noticias
